¿Adolf o Adolfo?, ¿James o Santiago?, ¿Lleida o Lérida?
Buenos días traductores y traductoras,
esta mañana os traigo un tema que posiblemente ya tenéis super controlado, pero
que quizás os sirva para ir afianzando conocimientos.
En algunas ocasiones, estando delante de
un libro, revista o incluso la televisión he pensado cómo traduciría yo algunos
nombres propios en español a otros idiomas o viceversa, sobre todo cuando estos
pertenecen a una variación lingüística como la jerga.
La verdad no lo tenía demasiado claro y decidí buscar información sobre el tema. Navegando por la web encontré muchísima información y lo que más me llamó la atención fue leer que para muchos es algo obligatorio, mientras que para otros es una falta de respeto hacerlo. Frente a esto… ¿Qué hacemos?
La verdad no lo tenía demasiado claro y decidí buscar información sobre el tema. Navegando por la web encontré muchísima información y lo que más me llamó la atención fue leer que para muchos es algo obligatorio, mientras que para otros es una falta de respeto hacerlo. Frente a esto… ¿Qué hacemos?
De entre toda esa información os comento
lo que aprendí.
Se dice
que, en siglos pasados, por regla general se traducía todo, pues culturalmente
muchos países eran más cerrados y muy poca gente tenía conocimientos de otros
idiomas, como por ejemplo el inglés o el francés.
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Enrique VII. Fuente: Wikipedia |
Afortunadamente
esos tiempos han cambiado y desde finales del siglo XIX los nombres propios ya
no se traducen al español, pero como todo debe tener excepciones ahí van las
que os tenéis que saber:
SE
TRADUCEN
- ARTITAS CLÁSICOS con su equivalente acuñado en español: Pedro Pablo Rubens, Miguel Ángel Buonarroti, El Bosco, Juan Sebastián Bach, ETC.
- PAPAS: Pío XII, Juan Pablo II, Benedicto XVI.
- PERSONAJES HISTÓRICOS: Confucio, Alejandro Magno, Tomás Moro, Lutero, Napoleón, etc. Excepto Adolf Hitler o Karl Marx, por ejemplo.
- REALEZA. Príncipes, reyes, emperadores y sus consortes: Jaime I El Conquistador, Enrique VIII de Inglaterra, Carlota de Mónaco, Simeón de Bulgaria. En algunos casos se trata de nombres que resultan intraducibles: Rania, Charlene o Lalla Salma; todos estos se dejan igual. En otros casos nos podemos encontrar con nombres que nos pueden costar traducir porque se han usado como se presentan en su lengua origen, como por ejemplo Kate Middleton aunque, en entornos o textos más formales se le llama Catalina.
Algo
que no podéis olvidar, en los casos en los que el nombre propio se traduce,
SOLO se traduce el nombre, NUNCA el apellido. El único apellido que se ha
traducido al español es el de Tomás Moro (Thomas More en inglés).
NO SE
TRADUCEN:
• NINGUNO MÁS (ni
políticos, ni actores, ni personas de siglos pasados que ahora se rescatan, ni
nada).
Y ¿qué pasa con los nombres propios de ciudades?
Según la página web de la Fundéu, en cuanto a los topónimos si escribimos en español, lo adecuado es usar Lérida, Gerona, Islas Baleares, Orense y La Coruña, excepto de que se trate de documentos oficiales del ámbito estatal. En ese caso existen tres leyes que obligan a escribirlos en catalán o gallego.
En cuanto a las ciudades o países extranjeros éstos se traducen por su término acuñado en la lengua meta.
¿Y vosotros qué opináis?, ¿estáis de acuerdo?, ¿me he dejado algo en el tintero? Si es así no dudes en comentar.
Yina.
Yina.
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